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Fundamentos de la Oftalmología en Caninos y Felinos

  • 21 de mayo de 2009
  • Tiempo de Lectura: 7 Minutos

La oftalmoscopía, fondoscopía o examen de fondo de ojo, es un método de examen oftálmico reconocido, desde hace muchos años, como un valioso complemento del diagnóstico médico, especialmente por oftalmólogos, neurólogos e internistas.

En medicina veterinaria, su uso ha sido limitado, debido a un insuficiente adiestramiento y al poco conocimiento de su importancia.

El oftalmoscopio, cuando se usa adecuada y frecuentemente, se constituye en el medio de diagnóstico más útil para detectar las degeneraciones y lesiones del fondo ocular, injurias, anormalidades congénitas e incluso algunas enfermedades sistémicas.

Principios de óptica: La potencia es la capacidad de una lente para hacer verger (converger o diverger) los rayos de la luz.

Esta capacidad de modificar la trayectoria de los rayos luminosos, trasladándolos a un punto determinado es la base del tratamiento de los problemas ópticos.

Potencia de la lente y potencia del ojo:

El papel de la lente frente al ojo opticamente «defectuoso» consiste en variar la dirección de incidencia de la luz sobre el mismo, creando más o menos convergencia o divergencia en los rayos luminosos, con el objeto de compensar el exceso o defecto de la convergencia del sistema óptico ocular.

Estos efectos de compensación, reorientando los rayos luminosos para que se enfoquen en la retina (en el fondo del ojo), se conseguirá mediante una lente divergente o negativa (-) o mediante una lente convergente o positiva(+).

Dioptría: La unidad de medida de la potencia de una lente es la «dioptría». Una lente tendrá más potencia cuanto más dioptrías tenga.

A la distancia de la lente a su foco se le conoce como «focal», y a la potencia como la inversa de esta distancia focal (expresada en metros).

Si la «focal» es de 1 metro, la lente tendrá una potencia de 1 dioptría.

Si el foco está a ½ metro de la lente, la potencia de la lente correspondiente será de 2 dioptrías, si está a 25 cm. (o sea 0,25 m.) será de 4 dioptrías.

Las lentes convergentes, se indican anteponiendo un signo (+) delante de su valor en dioptrías: +1, +2, +4 etc.

En el efecto contrario, esto es, de divergencia de los rayos de luz, se usa un signo (-), indicativo de su potencia negativa.

El examen de fondo de ojo se realiza mediante oftalmoscopía directa y/o indirecta.

En clínica de animales menores se utiliza la oftalmoscopía directa, pues el método indirecto queda reservado, por su mayor costo y complejidad, para realizar trabajos de investigación o ser usado por oftalmólogos veterinarios.

Un examen preciso del fondo de ojo sólo se puede realizar en cuarto oscuro con una pupila bien dilatada, aplicando 1 a 2 gotas de tropicamida al 1%, que deben ser aplicadas al menos 15 a 20 minutos antes de la exploración.

En el oftalmoscopio existe una selección de lentes que varían desde + 40 hasta -25 dioptrías.

En todos los oftalmoscopios, en las lentes positivas los números son de color negro y en las negativas rojos.

Entre las alteraciones oculares posibles de detectar mediante la oftalmoscopía, se describen los cambios de apariencia, desprendimiento de retina, displasia corioretinal, congestión, hemorragia, colobomas, cambios de pigmentación y focos de inflamación.

El disco óptico también debe examinarse para evaluar tamaño, forma, color, excavaciones o colobomas. La inflamación del disco óptico se debe a la neuritis óptica, caracterizándose por ceguera.

Oftalmoscopía directa:

La más utilizada en la práctica clínica.

Se denomina directa porque no hay un lente condensador que se interponga entre el oftalmoscopio y el ojo del paciente.

El examinador tiene una imagen óptica directa del ojo del paciente.

La imagen del fondo es real y derecha, de aproximadamente 17 a 19 veces magnificada en los perros y gatos.

Al realizar la oftalmoscopía, el cuerpo y cabeza del paciente son contenidos minimamente por un ayudante. El examinador sostiene el hocico y/o los labios con una mano y con la otra sostiene el oftalmoscopio para hacer los cambios de dioptrías necesarios.

Es preferible ver el fondo tapetal a varios centímetros del paciente y luego aproximarse a 2,5 a 5 cm. del ojo, cuando se logra el enfoque óptimo y el animal se adapta a estar contenido.

Habitualmente, primero se coloca la dioptría cero (0) y se ajusta de +3 a-3 dioptrías para proporcionar la imagen más real posible.

El clínico que tiene algún problema de refracción en sus ojos (miopía, hipermetropía), puede elegir si usar o no sus anteojos al realizar la oftalmoscopía, pero si este error de refracción es muy marcado y prefiere no usar sus anteojos para examen, debería considerarse esta diferencia.

Por ejemplo la hipermetropía en un ojo del clínico, tenderá a neutralizar la miopía del ojo del paciente.

Debido a que muchos perros son miopes, algunos clínicos prefieren empezar el examen colocando el -3 para enfocar el disco óptico y la retina y cambiando las lentes negativas de menor a mayor, de esta manera el fondo es observado con máxima claridad.

La oftalmoscopía es también un medio para determinar el grado aproximado de miopía o hipermetropía en el perro, pues si hay hipermetropía, el fondo se observa mejor con las lentes positivas.

Posteriormente, rotando las lentes desde las negativas hacia las positivas, pueden observarse las estructuras que están por delante del fondo del ojo.

Las opacidades del vítreo se detectan entre el cero (0) y + 6 a 8; el cristalino entre + 6 a 8 al +12, cámara anterior y córnea a +20.

Es necesario paciencia y observación precisa para obtener información adecuada y primero familiarizarse con las estructuras normales del ojo antes que las diversas patologías puedan ser reconocidas.

Esto es especialmente cierto en los ojos de los perros en los cuales hay muchas variaciones dentro de la normalidad.

Para familiarizarse con la normalidad ocular es necesario acostumbrarse a usar el oftalmoscopio en todas las ocasiones que se pueda.

El uso rutinario en la práctica clínica, en el examen físico general, resultará en una valiosa experiencia.

En perros y gatos el fondo de ojo difiere del fondo de ojo del hombre, pues estas especies tienen un tapetum lucidum y una coroides muy pigmentada y ausencia de una verdadera mácula lútea. Esta área en perros y gatos se conoce como «área centralis» .

En las especies canina y felina, el fondo se divide en dos partes: 1º El fondo tapetal en el cuadrante dorsal, constituído por el reflectante tapetum lucidum. 2º El fondo no tapetal (tapetum nigrum), que es oscuro, con el pigmento de la coroides en el cuadrante ventral.

El color del tapetum lucidum varía desde amarillo claro a naranjo o verde intenso, dependiendo de la raza y el individuo.

Sobre el fondo tapetal la retina se observa totalmente transparente.

Desde el disco óptico surgen los vasos sanguíneos de la retina provenientes de la arteria y vena central de la retina que dan origen a numerosas ramas secundarias.

El disco o papila óptica, generalmente se ubica junto al borde ventral del fondo tapetal. Sus márgenes están bien demarcados en algunos perros y no tanto en otros, su color es rosado pálido a blanco.

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Bibliografía

Fundamentos de oftalmología veterinaria.  2ºed. 1992 Slatter

Small animal ophtalmology. 1994 Riis

Oftalmología de animales pequeños.  2ºed. 1998 Peiffer

Oftalmología para el veterinario práctico.  1998 Stades

Manual de oftalmología de pequeños animales.  1999 Petersen

Autor: Dr. Alfonso Court L.
Facultad de Medicina Veterinaria
Universidad Santo Tomás

Fuente: Mevepa.cl