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Animales y humanos, una unión inquebrantable

  • 30 de mayo de 2009
  • Tiempo de Lectura: 3 Minutos

Por MALVINA BUSH

Especial/ El Nuevo Herald

Los lazos entre el hombre primitivo y los animales crecieron y se desarrollaron paralelamente a la domesticación de los animales en el continente asiático hace unos 15,000 años, que curiosamente comenzó con la transición del lobo al perro, una evolución que ya llevaba miles de años en proceso.

Le siguieron las ovejas, las cabras, los cerdos y finalmente el gato hace unos 8,000 años. El proceso de domesticación involucró un cambio radical en estas especies de animales –hasta entonces puramente salvajes– a fin de poder vivir y reproducirse en proximidad a los humanos.

En los milenios que siguieron, los humanos establecieron una relación interdependiente con estas criaturas y unos lazos –especialmente con el lobo-perro– que aún hoy continúan y son motivo de nuevas investigaciones por sus múltiples beneficios.

Se trata de una unión, una compañía, con un largo historial. Quizá la evidencia arqueológica más antigua de esta relación tan especial fue descubierta hace más de una década en Israel: el esqueleto de una persona de 12,000 años de antigüedad enterrada con su brazo derecho alrededor del esqueleto de un cachorro de lobo de seis meses de edad.

»Los lazos entre los animales y los humanos son parte de nuestra evolución y algo muy fuerte», dice la doctora Ann Berger, investigadora del Centro Clínico de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) en Bethesda, Maryland, que estudia los beneficios terapéuticos de estos animales.

Los animales de compañía son hoy más populares que nunca. Según la American Veterinary Medical Association (AVMA), el número de mascotas en EEUU ha ido creciendo significativamente en estos últimos 50 años, de 40 millones de perros y gatos en 1967, a más de 160 millones en 2006.

»Cuando comprendes por cuanto tiempo hemos tenido mascotas, y lo importante que son en nuestras vidas, me parece asombroso que siga siendo novedoso el estudio de la interacción entre el humano y el animal», destaca la doctora Sandra Barker, directora del Center for Human-Animal Interaction de Virginia Commonwealth University.

»Sólo recientemente es que se ha comenzado a explorar esta maravillosa relación y su valor terapéutico» comprobado en estudios de los institutos NIH sobre salud cardiovascular, hipertensión, estrés, enfermos siquiátricos y de cáncer y otras áreas.

El Center for the Human-Animal Bond (CHAB), de la Facultad de Medicina Veterinaria de Purdue University reafirma en otros estudios que «el valor terapéutico de los animales para personas aisladas socialmente en hogares de ancianos, hospitales, hospicios y prisiones ya ha sido documentado».

Hay una verdad inevitable, y es que los animales –sean de pastoreo, silvestres, equinos o bovinos, salvajes, o en zoológicos, incluyendo mascotas– son un componente integral de nuestra cultura, y su tratamiento humano y bienestar en general es más que una responsabilidad individual, una social, de la que todos somos parte.•

Fuente: El Nuevo Herald.