¿Se Justifica Sacrificar Vidas para Aprender?
- 18 de agosto de 2009
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A raíz de un escandaloso hecho ocurrido en un hospital local que tuvo como protagonistas a un perro llamado Tomás y a su dueña, se ha puesto en la mira la forma en que los estudiantes de carreras médicas aprendemos los diferentes cursos que forman parte de la currícula.
El uso de animales, provocándoles daños físicos o muerte, ha estado presente en la enseñanza de veterinaria, en disciplinas tales como la anatomía quirúrgica, cirugía, fisiología, farmacología, etc. No podemos negar que hechos como el que se describe a continuación pueden repercutir, estemos de acuerdo o no, en esta práctica tan común en las universidadades.
Una amiga alertó por teléfono a Carmen Valverde que Tomás, su perro perdido, podría encontrarse en el Hospital Arzobispo Loayza de Lima con el objetivo de ser sometido a experimentos médicos. Luego de haber fracasado en un primer intento por ingresar por la puerta principal, Carmen decidió infiltrarse en el nosocomio disfrazada de médico.
«Una amiga del hospital me llamó y me dijo que mi perro estaba allí. Me infiltré y llegué cuando unos alumnos iban a practicarle una operación experimental», explicó Valverde. Su mascota fue robada el pasado 7 de agosto cerca de su vivienda en San Miguel.
Grande fue su sorpresa al encontrar además de Tomás a otros 8 perros en las mismas condiciones, listos para la cirugía. Luego de exigir que se detengan Carmen fue acusada de ingresar al recinto para robar miscroscopios. Fue detenida por la policía y pasó más de cinco horas en una comisaría. Las investigaciones determinaron que Carmen era inocente y que el recinto experimental pertenecía a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Carmen pudo rescatar a Tomás y lo trasladó a una clínica veterinaria de Breña, donde los médicos descartaron la hipótesis inicial de una sobredosis de anestesia que hubiera tenido consecuencias irreversibles.
El Fiscal José Enrique Saenz Quiróz, quien permitió la salida de Tomás, dispuso además el ingreso de todas las personas que esperaban impacientes en el área de cirugía experimental de la Universidad San Marcos, que funciona dentro del hospital Loayza, para que reconozcan a su perro. «Él es mi perro puddle Chico. Se perdió el miércoles en Los Olivos. No sé cómo llegó a parar aquí», dijo Fabián Aymachoque. Así como él, otras personas empezaron a reclamar por sus mascotas, que se perdieron o fueron robadas en distintas partes de Lima este mes.
Supuestamente los animales que llegan para experimentación deberían ser «legales», es decir, obtenidos de fuentes como el centro antirrábico, animales sin dueños y abandonados, sin identificación, etc. Sin embargo, para Nelly Galarza Chávez, presidenta de la Asociación Animales Siempre Libres de Maltrato y Abandono (SALMA), hay varios grupos que se dedican a robar perros para luego venderlos a los trabajadores de las diversas facultades de Medicina de la capital, como las que poseen las universidades Alas Peruanas, Cayetano Heredia y San Marcos.
«En las áreas de Tecnología Médica, Medicina Humana y Veterinaria utilizan perros de casa que han sido robados por estas mafias, que los venden a 50 soles en promedio», sostuvo en declaraciones al diario ‘Perú.21’.
Los integrantes de este mercado negro hurtan las mascotas de sus propias viviendas cuando los dueños están distraídos, aunque también aprovechan cuando están solos en la calle. El precio que le ponen depende del estado físico y la raza del animal.
Fernando Chávez Zapata, decano electo del Colegio Médico Veterinario del Perú, recordó que la Ley 27265 o Ley de Protección a los Animales sigue sin reglamentarse, lo que genera un vacío legal que propicia la existencia de un mercado negro que genera situaciones tan lamentables como la descrita.
De acuerdo a ley, los perros deben permanecer diez días en el Centro Antirrábico de Lima antes de disponer de ellos para prácticas médicas.
El decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), Emilio Blanco, menciona que su institución mantiene una serie de convenios con organismos que les otorgan distintos tipos de animales, a fin de practicarles diversos tipos de cirugías experimentales en beneficio de la humanidad.
En declaraciones para RPP detalló que en el caso de los perros, éstos llegan gracias a donaciones individuales o de algunas instituciones que los envían porque no tienen dueño, están sin collar, sin identificación y muchas veces representan riesgos de rabia u otras enfermedades para la población en general.
Señaló que no se mantiene un registro de los animales que ingresan a su institución, pero aseguró que existen principios éticos mediante los cuales se respetan a los mismos.
«Hay principios éticos de respeto a los animales. Todos merecen respeto y consideración y no se debe hacerles sufrir innecesariamente», comentó.
Aseguró que el éxito de las cirugías en humanos depende de los estudios previos hechos en animales como los perros, cerdos y ratones.
«El éxito de las cirugías como los trasplantes de riñón, hígado, se hace previamente con el estudio en animales. No podemos ir en contra de la realidad porque la ciencia avanza utilizando la cirugía experimental», manifestó.
Precisó que el avance científico de la medicina y en especial de la cirugía laparoscópica se alcanza a través de los experimentos en animales, permitiendo que los cirujanos y docentes desarrollen diversas destrezas y capacidades. (Fuente RPP)
A raíz de lo ocurrido con el perro «Tomás», que fue encontrado anestesiado en el área de cirugía experimental del Hospital Arzobispo Loayza, muchas han sido las voces de protesta que se han hecho escuchar sobre la pertinencia en el uso de animales vivos para las prácticas de estudiantes de veterinaria.
Una de las opositoras a este hecho es Nelly Galarza, Presidenta de la Asociación de animales siempre libres de maltrato, quien dijo que en Europa y países sudamericanos como Brasil, se practica con maquetas y no sacrificando a animales indefensos.
«Pensamos que se debe respetar la vida sin matar perros. Incluso aquí a Perú han venido profesores extranjeros que han explicado su metodología de trabajo, donde hay formas de aprender sin matar», sostuvo Galarza.
Por ser un tema que va más allá de lo ético y lo moral, deberá ser tomado muy en serio por las diferentes instituciones involucradas, puesto que las presiones de la opinión pública pueden desencadenar que se prohíban las prácticas que hasta ahora se consideran dentro de la ley.
La pregunta es: ¿Son tan efectivos los métodos alternativos de enseñanza tales como simulación por computadora, videos, maquetas, experimentación no invasiva, etc.? Las autoridades tienen la palabra.
Fuente: Vetpraxis.net