Encontrándole sentido al examen neurológico
- 12 de abril de 2010
- Tiempo de Lectura: 7 Minutos
Por Phil Zeltzman, DVM, DIPL. ACVS
El examen neurológico parece ser uno de los conceptos más confusos en la medicina veterinaria. Tratemos de aclarar las cosas. Para simplificar, nos enfocaremos sólo en las patas traseras.
Una manera de mirar el examen neurológico es dividirlo en una evaluación de “cuatro etapas” y una evaluación de cuatro reflejos.
Las cuatro etapas requieren de una médula espinal y un cerebro funcional, los cuales nos ayudan a determinar la gravedad de style=»font-size: small;»>una lesión. Los reflejos sólo nos indican donde está localizada la lesión.
Puesto que soy un cirujano y no un neurólogo, hablé con Todd Bishop, DVM, DIPL. ACVIM (neurología), de Especialidades Veterinarias al norte del estado en Latham, NY, para garantizar la exactitud de la siguiente información.
El reflejo tibial craneal causa la flexión de los corvejones. Foto cortesía de Dr. Phil Zeltzman.
Disminución de la nocicepción
Los pacientes pueden pasar por cuatro etapas entre la normalidad y el estar paralizado sin dolor profundo:
· Los pacientes en la primera etapa pueden sentir dolor de espalda. Se puede presentar dolor al vocalizar. Algunas razas, como los Beagles, son especialmente buenos parar expresar dolor. Otros pueden arquear su espalda.
· A medida que empeoran, los pacientes pueden volverse atáxicos o perder la propiocepción. Cuando un paciente se golpea los nudillos, o no cambia de posición su pata torcida en un par de segundos, decimos que tiene déficit propioceptivo.
· El siguiente paso es la pérdida de la función motora consciente. Esto significa que el movimiento voluntario de las patas traseras es débil, incluso si es ayudado por un arnés.
· El último paso es la pérdida de la sensación de dolor o nocicepción. Es probado mediante el uso de un hemóstato para presionar el dedo de la pata. Aunque nadie disfruta de esta prueba, hacerlo correctamente es crítico. Estamos tratando de provocar una reacción dolorosa mediante la estimulación del periostio de las falanges.
Cuando se presenta una sensación de profundo dolor, el paciente debe tener una reacción de carácter voluntario como el lloriqueo, tratando de morder o alejándose del estímulo doloroso. Un paciente muy estoico sólo puede mostrar la dilatación de las pupilas.
El orden de estas cuatro etapas es fijo. Se presentan en el mismo orden y siempre vuelven en el orden inverso. Por consiguiente, no hay necesidad de aplastar el dedo a un paciente que tiene la función motora. Si tiene la función motora, tiene un profundo dolor por definición.
El reflejo rotuliano ocasiona la extensión de las articulaciones de las patas. Foto cortesía de Dr. Phil Zeltzman
La médula espinal
Por cierto, estas cuatro etapas se correlacionan con la anatomía de la médula espinal. Las fibras nerviosas que participan con la propiocepción se encuentran superficialmente en la médula espinal. Esto explica por qué una lesión leve tiene efectos leves en el paciente.
Una profunda lesión afectará a las fibras nerviosas que controlan la función motora. Y una lesión muy grave aplicará presión en las fibras nerviosas más profundas, aquellas que regulan el profundo dolor.
Estas cuatro etapas nos ayudan a determinar la gravedad de la lesión. Un perro con déficit propioceptivo es levemente afectado. Mientras que por otro lado, un perro sin dolor profundo, para simplificar, puede tener un mal pronóstico.
Los pacientes pueden pasar por estas cuatro etapas muy lentamente durante semanas o meses, o dentro de días o incluso horas.
Que reflejos muestran
Ahora debemos seguir adelante y probar los reflejos de los pacientes. Muchos han sido descritos. Una vez más, simplificaremos y nos enfocaremos en cuatro reflejos comunes y simples:
· El reflejo rotuliano o sacudida de la rodilla, es probado al estimular el tendón rotuliano con un plexor o martillo. La reacción normal es la extensión de las articulaciones de las patas. Esto es debido al nervio femoral, con raíces de los nervios usualmente entre L4 y L6.
· El reflejo tibial craneal es producido al percusionar el músculo tibial craneal. Esto debe causar una flexión del corvejón a través del nervio peroneo, junto con las raíces nerviosas por lo general entre L6 y L7.
· El reflejo de retirada o flexor se produce después de pellizcar suavemente o incluso a veces tocando las plantillas de los pies o las uniones de los dedos de los pies. A través de los músculos flexores, se flexionarán la cadera, rodilla y el corvejón con la ayuda del nervio ciático. Sus raíces nerviosas suelen se encuentran usualmente entre L6 y S1.
· El reflejo perineal o anal es probado al tocar los lados izquierdo y derecho de la zona perineal. Cuando está presente, ocasiona la contracción del esfínter anal y la flexión de la cola. Está mediada por el nervio pudendo, con las raíces nerviosas normalmente procedentes de S1, S2 y, a veces S3.
La sensación de dolor profundo se prueba mediante el uso de un hemóstato para apretar un dedo del pie. Foto cortesía de Dr. Phil Zeltzman.
En otras palabras
Con cuatro reflejos simples, podemos probar la zona comprendida entre L4 y S3, toda la intumescencia lumbosacra.
Si los reflejos son normales o elevados (híper), la intumescencia lumbosacra es normal y no es donde se encuentra la lesión. La distinción entre los reflejos normales e híper es algo irrelevante porque tiene el mismo significado desde el punto de vista neurológico. La lesión está por encima de la intumescencia lumbosacra, entre T3 y L3, que define una lesión de la neurona motora superior.
Si los reflejos disminuyen (hipo) o faltan, la lesión se encuentran dentro de la intumescencia lumbosacra, entre L4 y S3. Esto significa un síndrome de la neurona motora menor y no tiene nada que ver con el pronóstico. Nos ayuda sólo para localizar la lesión.
La controversia entre la sensación de dolor profundo y el reflejo de la retirada no debería existir. El dolor profundo es una de las cuatro etapas. Cuando no se presenta, el pronóstico puede ser malo. La retirada no es más que un reflejo, que nos ayuda sólo a localizar la lesión. Así, un paciente puede tener un dolor profundo excelente, pero un reflejo de la retirada disminuido, o viceversa.
¿Por qué es importante entender el examen neurológico y de ser capaz de realizar uno?
Bueno, además del hecho de que es nuestro trabajo, es importante porque:
Si el paciente tiene una hernia de disco, la lesión tiene un 85 por ciento de probabilidades de localizarse entre los T11-12 y L2-3. Pero tenga en cuenta muchas otras posibilidades, incluyendo los tumores.
Por ello, es preferible estudiar toda la zona, deT3 a L3 o de L4 a S1. En caso de duda, o si usted es el cirujano que tendrá que contar las vértebras o costillas para planificar la cirugía, usted puede solicitar un estudio de la T1 a S1.
Phil Zeltzman es un cirujano certificado de una pequeña pensión de animales en Valley Central Veterinary Referral Center en Whitehall, Pensilvania, EE.UU. Su página web es DrPhilZeltzman.com
Via: Veterinary Practice News