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La fauna silvestre sirve como indicador de las amenazas potenciales para la salud

  • 19 de abril de 2010
  • Tiempo de Lectura: 4 Minutos

Un grupo de científicos argentinos, entre ellos expertos en salud de la Wildlife Conservation Society, ha anunciado que la fiebre amarilla es responsable de la muerte de monos aulladores en el noreste de Argentina entre el 2007 y el 2008, un hallazgo que subraya la importancia de prestar atención a la salud de la fauna silvestre y a la forma en que la salud de las personas y la naturaleza silvestre se encuentran tan estrechamente ligadas.

El documento – que aparece en una edición reciente del American Journal of Primatology – se centra en los brotes de fiebre amarilla que fueron documentados en varias poblaciones de monos aulladores de la provincia de Misiones, Argentina. Las epidemias, que causaron la muerte de decenas de monos aulladores raros, señalaron la necesidad de un programa de vacunación en las personas que viven en la región para salvar vidas.

Los autores del estudio son Ingrid Holzmann y Mario S. Di Bitetti del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET); Ilaria Agostini de la Universidad de Roma y CNR, Juan Ignacio Areta del Grupo FALCO; Hebe Ferreyra y Pablo Beldomenico de Wildlife Conservation Society.

«El brote tiene implicaciones trágicas en la conservación del mono aullador pardo en peligro de extinción, una de las dos especies afectadas, que está muy amenazada principalmente por la destrucción del hábitat, la caza, y ahora la enfermedad», dijo el Dr. Pablo Beldomenico. «El estudio también señala la importancia de la fauna silvestre como un indicador importante de la salud y los procesos de la enfermedad, que también puede ayudar a proteger a la gente».

Los autores del documento iniciaron su investigación como un estudio ecológico de dos especies de mono aullador en el Parque Provincial de El Piñalito en enero de 2005, un proyecto que les permitió detectar el primer caso de dos brotes de fiebre amarilla entre noviembre de 2007 y octubre de 2008. Después de encontrar a cuatro monos muertos, que formaban parte de su estudio, el equipo de biólogos, guardaparques y veterinarios organizó una búsqueda dentro y fuera del área de estudio para medir el grado de mortalidad. El papel de la fiebre amarilla en los hechos fue confirmado en el Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas en enero de 2008 con una serie de pruebas. La Autoridad de Salud Argentina fue notificada y lanzó una campaña de vacunación en Misiones.

Los investigadores finalmente encontraron a los 59 monos muertos por los brotes durante la primavera y el verano de 2007-2008 y 2008-2009.

La fiebre amarilla es causada por un virus de África que fue traído a América por los colonos y la trata de esclavos y aún afecta a las personas en las zonas tropicales. Todos los primates neotropicales son muy susceptibles a la enfermedad ya que no han coevolucionado con el virus. Dado que la mayoría de aulladores mueren súbitamente después de haberse infectado, los investigadores concluyeron que estas poblaciones no sirven como reservorios del virus causante de la enfermedad.

«Este estudio demuestra la importancia de controlar la fauna silvestre como un medio de detección temprana de patógenos que podrían afectar tanto a los animales como a los seres humanos», agregó Beldomenico. «La salud de la fauna silvestre es también un componente importante en la conservación de especies amenazadas como el mono aullador»

Otras recomendaciones incluyen: vacunaciones en las personas alrededor de las áreas afectadas por la enfermedad, impulso para que las personas informen rápidamente sobre la muerte de monos, y educación para las personas que viven cerca de las áreas protegidas sobre la fauna silvestre y los riesgos de la enfermedad al capturar animales como mascotas.

John Delaney. Wildlife Conservation Society.