Consultorio Virtual. ¿Tú como lo resolverías?

Últimamente he escuchado muchas controversias sobre cuán seguido debemos vacunar a los perros y qué vacunas necesitan en realidad.  Tengo un perro de 2 años de edad con todas sus vacunas pero ya le toca su refuerzo.  Lo vacunamos contra la bordetella cada 6 meses ya que esta enfermedad está muy propagada y a menudo vamos al parque y encontramos otros perros.

Parvo también es muy frecuente, pero dado que tiene dos años ¿necesita la vacuna contra el distemper y las demás? Un estudio reciente afirma que sólo deben ser vacunados cada 3 años, después de que alcanzan la edad adulta, pero mi veterinario quiere vacunarlo por completo.

Cuando el año pasado lo vacunaron se enfermó del estómago durante una semana, además tuvo fiebre, secreción nasal y tos. El veterinario lo trató y dijo que no estaba relacionado con las vacunas.

Brenda.

Repuesta por. Dr. Eric Barchas, DVM

El debate sobre la frecuencia de vacunación de las mascotas ha aumentado desde mi primer día en la facultad de veterinaria. Este debate ya no es tan caliente y ardiente como antes.

En un lado del debate están los veterinarios que señalan, con razón, que la vacunación anual mejora radicalmente la vida de las mascotas ya que previene enfermedades temibles como la panleucopenia felina (que es el parvovirus original e incluso el peor) y el parvovirus canino (que se cree es una forma mutada del virus felino). Si tiene alguna duda, nunca ha presenciado cómo el parvovirus acaba con un refugio o colonia de gatos.

En el otro lado del debate se encuentra el creciente número de veterinarios que está de acuerdo en que las vacunas salvan las vidas de las mascotas, pero sienten que un exceso de vacunación los pone en riesgo de adquirir otros problemas sin conseguir beneficios significativos para la salud. Señalan numerosos estudios sobre la duración de la inmunidad que indican que las mascotas necesitan vacunas básicas (rabia y distemper, hepatitis, parvovirus, parainfluenza (DHPP) en los perros; rinotraqueitis, calicivirus, panleucopenia (RCP) en los gatos que viven dentro de una casa; rabia cuando la ley así lo exige en gatos; RCP y leucemia felina en gatos que viven al aire libre) cada tres años en la edad adulta.

El grupo que está a favor de las vacunas cada tres años ha crecido de forma constante durante la última década. La mayoría de facultades de veterinaria y organizaciones muy respetadas como la Asociación Americana de Hospitales de Animales (American Animal Hospital Association) y la Asociación Americana de Especialistas en Felinos (American Association of Feline Practitioners) respalda la vacunación cada tres años. La preponderancia de evidencia científica respalda las vacunas cada tres años. Prácticamente todos los veterinarios que se graduaron de la facultad de veterinaria en los últimos 15 años están de acuerdo con los protocolos de vacunación cada tres años (aunque cualquier veterinario reflexivo admitirá que los protocolos deberían variar en función de las circunstancias individuales y el estilo de vida de una mascota).

Brenda, tengo algunos pensamientos acerca de su situación. En primer lugar, debe ser consciente de que la vacuna de la bordetella es controversial. Hay expertos que consideran que es muy beneficioso para las mascotas. También hay expertos que consideran que es inútil. La mayoría de veterinarios, incluyéndome a mí, cree que puede ayudar a reducir la frecuencia y la gravedad de la tos canina pero que de ningún modo proporciona una protección completa.

Si su perro tiene todas sus vacunas de cachorro, entonces las posibilidades de que contraiga distemper o parvovirus son esencialmente nulas. No veo ninguna razón para que reciba la vacuna DHPP anualmente. En mi opinión, un programa cada tres años es más apropiado.  También hable con su veterinario para evitar los complementos a la DHPP como coronavirus y leptospirosis.  (La leptospirosis es contagiosa para las personas. La vacuna contra la leptospirosis es apropiada para algunos, pero no todos los perros.)

Por último, creo que existe la posibilidad de que la enfermedad del año pasado haya estado relacionada con las vacunas.  En mi opinión, es una razón sólida para impulsar un protocolo de vacuna mínima en su mascota.