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Cortan señales moleculares que permiten al Toxoplasma controlar a las células

  • 19 de julio de 2010
  • Tiempo de Lectura: 5 Minutos

Los científicos que estudian al parásito que se apoderó de las células de casi la mitad de la población humana  en todo el mundo han comenzado a enfocarse en las señales moleculares que deben ser cortadas para liberar a las células rehenes. El Toxoplasma gondii ha estado controlando a las células del hombre  y de los animales durante millones de años y es particularmente peligroso para los que tienen sistemas inmunes comprometidos.

«Hemos entendido desde hace algún tiempo que el Toxoplasma puede cortar los procesos biológicos de su célula huésped, pero todavía hay muchas cosas que no sabemos de cómo sucede esto y qué beneficio obtiene el parásito», dice el doctor Amos Orlofsky en la Facultad de Medicina Albert Einstein de la Universidad  Yeshiva, uno de los co-autores de un nuevo artículo en el Journal de Química Biológica que revela cómo el bloqueo de ciertas señales dentro de una célula puede liberarla de su captor.

El toxoplasma es un organismo unicelular astuto que inicia su ciclo de vida en el cuerpo de un mamífero pequeño, como una rata. Una vez allí, reprograma el instinto visceral de la rata para evitar a los gatos y, por tanto, hace que la rata sea mucho más probable de ser comida. El objetivo final del Toxoplasma es, de hecho, ser comido por un gato, porque, una vez que se posa en el tracto gastrointestinal de los felinos comienza la segunda etapa de su ciclo de vida: dejar la próxima generación de huevos que será derramada en las heces y adquiridos por la siguiente rata.

Los seres humanos están expuestos al parásito a una tasa bastante alta, por lo general al limpiar excrementos del gato o comer verduras sin lavar o carne poco cocida.

«El Toxoplasma es una causa importante de mortalidad en los pacientes con SIDA en todo el mundo, y también es un problema serio para los receptores de trasplante y para los lactantes cuyas madres se contagiaron durante el embarazo. También hay alguna razón para preocuparse acerca de los efectos neurológicos posibles en aquellas personas que están infectadas pero aparentemente sanas», explica Orlofsky. «Los fármacos actuales están limitados por los efectos secundarios y se necesitan con urgencia nuevos enfoques para hacer frente a este microorganismo altamente sofisticado y exitoso.»
En colaboración con su colega Louis M. Weiss y el entonces estudiante graduado Yubao Wang, quien es ahora un compañero postdoctoral en la Universidad de Harvard, Orlofsky se propuso identificar las señales celulares que son utilizadas por el Toxoplasma para capturar y reorganizar las estructuras clave en la célula huésped. Describió las señales celulares que, en esencia, son las cadenas utilizadas por el parásito-controlador para manipular el comportamiento de la célula.

Se centraron en una estructura celular particular conocida como el centrosoma, que sirve como el centro de una red de fibras que dirigen el tráfico dentro de la célula. El centrosoma también controla la dirección en la que la célula se mueve dentro del cuerpo, pero, al ser infectada por el Toxoplasma, no hace sus rutas normales.

Orlofsky dice que esto sugiere que el Toxoplasma deshabilita la dirección de la célula huésped mediante el dominio del «timón de la célula.»