Los gatos pueden ser más tolerantes a los collares de lo que se cree
- 21 de octubre de 2010
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Tres de cada cuatro gatos usaron collares de forma habitual durante un nuevo estudio de seis meses, lo cual sugiere que la mayoría de gatos toleraría un collar incluso si sus propietarios se muestran escépticos sobre su éxito.
De hecho, en casi el 60 por ciento de los casos, la tolerancia de los animales a los collares superó las expectativas de los propietarios sobre si su gato usaría el collar sin muchos problemas.
Los investigadores sugieren que, armados con estos datos, los veterinarios deberían incluir una discusión sobre la importancia de la identificación durante los exámenes anuales de los gatos domésticos. Además indican que los microchips en los gatos siguen siendo un método útil para la identificación de soporte.
Entre otras lecciones aprendidas de esta investigación: el ajuste adecuado, con espacio para dos dedos entre el cuello y el collar, es importante. Además, los propietarios deben observar cuidadosamente el comportamiento de sus gatos durante los primeros días, cuando los problemas aparentemente son más comunes ya que los gatos están adaptándose.
Convencer a los propietarios de que sus mascotas, incluso gatos que sólo viven en el interior de la casa, necesitan una forma de identificación es «una tremenda batalla», dijo Linda Lord, profesora asistente de medicina veterinaria preventiva en la Universidad del Estado de Ohio y autora principal del estudio.
«Mucha gente empieza con el dogma de que los gatos no pueden usar collares, que no los tolerarán o que son peligrosos. Ahora los dueños de las mascotas pueden prestar atención a esta investigación y, si son propietarios de un gato, tal vez considerarán la opción de poner una identificación en el collar. Un collar con identificación ofrece, probablemente, mayores posibilidades de que un gato sea devuelto si alguna vez se pierde».
Y los gatos que sólo viven en el interior de la casa pueden perderse. Las recomendaciones de Lord a raíz de este estudio se informan en parte en su investigación anterior, que ha puesto de manifiesto, por ejemplo, que el 40 por ciento de los gatos perdidos en una comunidad corresponde a gatos que viven sólo en el interior de la casa, o que los gatos que vagan libremente sin collares son muy propensos a ser ignorados y alimentados por extraños – reduciendo así la probabilidad de que vuelvan a casa.
«La tasa de regreso al propietario es abismal para los gatos. Menos del 2 por ciento de los gatos perdidos son devueltos a sus dueños», dijo. «Si pudiéramos conseguir que los propietarios intenten utilizar un collar con identificación, sería una gran avance».
El estudio se publicó en una edición reciente del Journal of the American Veterinary Medical Association.
Los investigadores reclutaron a los propietarios desde las facultades de medicina veterinaria de la Universidad del Estado de Ohio, la Universidad de Florida, la Universidad de Texas A&M y la Universidad de Cornell. Los gatos fueron asignados al azar para llevar uno de los tres tipos de collares: collares con hebilla de plástico, collares con hebillas diseñados para separarse si quedan atrapados en algo, o collares de seguridad elásticos y ajustables.
Un total de 538 gatos y 338 propietarios participaron en el estudio. De ellos, 391 gatos, ó 72.7 por ciento, utilizaron collares durante los seis meses que duró el estudio.
Treinta y dos animales fueron retirados del estudio por diversas razones. Los propietarios de los 115 gatos que no utilizaron con éxito los collares durante los seis meses informaron las siguientes razones: El gato perdió el collar (7.1 por ciento); el gato rasguñaba en exceso el collar (4.8 por ciento); el collar salió y el dueño decidió no reemplazarlo (3.3 por ciento); o el collar quedó atrapado en la boca del gato o en otro objeto (1.5 por ciento).
Sin embargo, se soltaron relativamente pocos collares. Un total de 333 gatos usaron sus collares sin incidentes durante los seis meses.
Un análisis estadístico de las respuestas de los participantes en la investigación ante una serie de preguntas indicó que la percepción de los propietarios acerca de la tolerancia del gato tuvo un efecto predictivo en el resultado del estudio. Los resultados mostraron que los gatos eran significativamente más propensos a dejar de usar el collar por seis meses si sus propietarios no esperaban que aceptara el collar muy bien o moderadamente bien o si el collar se soltaba y los dueños tenían que volver a colocarlo más de una vez.
«Parte del éxito de un gato con collar es la expectativa del propietario. En algunos casos, el collar salió de su lugar y los propietarios se rindieron. Algunos volvieron a colocar el collar durante cinco o seis oportunidades», dijo Lord. «Para el gato Houdini que constantemente puede sacarse el collar, simplemente no funciona. Un gato también puede perder su collar, y luego el propietario tiene que decidir si se desea reemplazarlo o no».
En general, se ha superado las expectativas de los propietarios. Los dueños de 303 gatos (56.3 por ciento) dijeron que sus mascotas toleraron los collares mejor de lo esperado y los propietarios de 167 gatos (31 por ciento) dijeron que sus gatos se comportaron como se esperaba. Los propietarios de 43 gatos (8 por ciento) dijeron que el comportamiento de sus mascotas con los collares fue peor de lo que esperaban.
Para aquellas personas que les preocupa que los collares sean peligrosos para los gatos, Lord señaló que el estudio sí indicó que puede haber algún riesgo asociado con los collares. En un 3.3 por ciento de los casos que involucran a 18 gatos, los collares quedaron atrapados en la boca del animal o en el miembro anterior, o en cualquier otro objeto.
«Nunca diría que algo como esto no puede suceder», dijo Lord. «Me gustaría decir que es mucho más probable que un gato se pierda y no sea recuperado a que sea lastimado por un collar».
Todos los gatos que participaron en el estudio también usaron un microchip. De los 478 gatos escaneados para la detección del microchip al final del estudio, tres tenían microchips que habían emigrado de la región de implantación bajo la piel entre los omóplatos. Lord dijo que, sobre todo para los gatos que no pueden tolerar un collar, un microchip es una forma importante y fiable de identificación cuando las mascotas se pierden.
Los propietarios del 90 por ciento de gatos dijeron a los investigadores que tenían previsto mantener los collares de sus gatos después de la finalización del estudio. La mayoría de los 25 dueños de gatos que no planea continuar usando collares atribuyó su decisión a los problemas con el collar o el hecho de que sus gatos se quedaban en el interior de sus casas.
Este trabajo fue apoyado por la división de animales de compañía de Humane Society of the United States, PetCo Foundation y Schering-Plough HomeAgain LLC.
Los co-autores del estudio incluyeron a Brenda Griffin de la Universidad de Cornell, que ahora está en la Universidad de Florida; Margaret Slater, anteriormente de Texas A&M y ahora de la American Society for the Prevention of Cruelty to Animals; y Julia Levy de la Universidad de Florida.