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Otras formas de manejar el hipertiroidismo felino

  • 18 de enero de 2011
  • Tiempo de Lectura: 2 Minutos

Por Anthony Carr, DVM, Dipl. ACVIM

Yodo Radioactivo

Este es el tratamiento de preferencia, de estar disponible y asequible. Idealmente, sólo se destruirá el tejido anormal y se deberá reservar el tejido normal. Es igualmente eficaz si el tejido anormal no se encuentra en la glándula tiroides. Este tratamiento también puede ser utilizado en casos de adenocarcinomas (se requiere una mayor dosis). Los gatos tienen que estar relativamente estables en la clínica para poder someterse al tratamiento, además necesitan comer en la clínica si el tratamiento se lleva a cabo. La mayoría de los gatos están eutiroideos una o dos semanas después del tratamiento.

Inyección percutánea de etanol

Este tratamiento tiene una curva de aprendizaje, de modo que se necesita una persona experimentada. Sólo se debe tratar una glándula tiroides en un momento dado, incluso si ambas glándulas tiroides están agrandadas; y se debe tratar la glándula contralateral en una fecha posterior. Aunque que en gatos con enfermedad bilateral ha reaparecido el hipertiroidismo de manera uniforme, los resultados de este tratamiento en gatos con afectación unilateral han sido buenos. La parálisis laríngea es una complicación frecuente y puede ser permanente o transitoria. La parálisis laríngea bilateral puede ser fatal. Otra complicación puede ser el síndrome de Horner.

La tiroidectomía quirúrgica

Este es un tratamiento efectivo y permanente en casos de hipertiroidismo. Se recomienda realizar una tiroidectomía bilateral dado que el 70 por ciento de los casos tiene una enfermedad bilateral. De ser necesario, la extirpación quirúrgica puede realizarse por etapas. Una complicación puede ser el hipoparatiroidismo. Debido a esto, se debe revisar a diario la concentración de calcio durante tres días después del procedimiento. Se recomienda una suplementación con levotiroxina (0.1 mg QD) durante dos meses después de la tiroidectomía bilateral. La parálisis laríngea y el síndrome de Horner son muy poco frecuentes debido al traumatismo intraoperatorio.