¿Su tratamiento es acertado?
- 28 de enero de 2011
- Tiempo de Lectura: 4 Minutos
Asegúrese de tener un objetivo antes de implementar medidas terapéuticas.
Por: Carl A. Osborne
¿Qué pensaría usted si ingresa a un consultorio y observa a un veterinario lanzando dardos por toda la habitación (Figura 1)? ¿Acaso no buscaría el objetivo? ¿Qué pasaría si usted no ve el objetivo? ¿Le preguntaría dónde está el objetivo? ¿Qué pensaría usted si le responde: «El objetivo es allí donde los dardos caen»? ¿Tendría confianza en el proceso cognitivo de esta persona? Por otra parte, ¿qué pensaría usted si la persona tiene un objetivo claramente definido con varios dardos en blanco (Figura 2)?
Los objetivos del tratamiento que ofrecemos a nuestros pacientes son análogos a un juego de dardos. Por razones éticas y morales, debemos tener un objetivo terapéutico claramente definido. Debemos ser capaces de describir exactamente qué tipo de tratamiento (de existir alguno) estamos ofreciendo y las razones para ello. ¿Por qué? Porque el establecimiento de objetivos fomenta la precisión, y la precisión fomenta una atención al paciente de alta calidad. Recordemos el axioma médico, «ningún paciente debe estar peor después de haber visitado al médico». Siempre tenga en cuenta que hay algunos pacientes que no podemos ayudar pero no hay ninguno al que podamos dañar.
Imagine los objetivos de su tratamiento como círculos concéntricos en un blanco (Figura 3) y, luego apunte al más adecuado.
El tratamiento de apoyo consiste en terapias que modifican o eliminan las anormalidades secundarias a una o más enfermedades primarias. El tratamiento para corregir anomalías en el balance endocrino, ácido-base, de fluidos, de electrolitos y de nutrientes causado por la insuficiencia renal primaria es un ejemplo. Una terapia específica exitosa a menudo depende de una terapia de apoyo también exitosa.
El tratamiento sintomático consiste en terapias propuestas para eliminar o suprimir los síntomas clínicos. Los ejemplos incluyen el uso de antieméticos para controlar los vómitos y el uso de glucocorticoides para controlar el prurito.
El tratamiento paliativo consiste en terapias elegidas para suprimir los signos clínicos de pacientes con enfermedades probablemente progresivas y en las que no se puede curar la causa subyacente.
La terapia inadecuada consiste en terapias que no son necesarias para el paciente o en terapias en las que los riesgos asociados son mayores a los probables beneficios.
La elección de la terapia debe tener en cuenta la historia de eventos adversos por medicamentos (por ejemplo, sarpullido, temblores, anorexia, vómitos, diarrea). Para minimizar las reacciones adversas a los medicamentos, por lo general es mejor evitar las combinaciones de medicamentos innecesarios en el paciente.
Una vez que se defina el objetivo del tratamiento, debe evaluarse la viabilidad del mismo. En muchas situaciones, la elección final representará un equilibrio entre la terapia óptima para el problema o problemas, la disponibilidad de la terapia óptima, el tipo de terapia que los clientes pueden o están dispuestos a pagar y la capacidad y el deseo de los clientes de cumplir con las recomendaciones terapéuticas. No debe existir ningún malentendido sobre lo que se quiere y lo que se obtiene. En algunas circunstancias, también debemos determinar la voluntad de los clientes de seguir el tratamiento para sus mascotas y aconsejarles sobre la base de las necesidades de sus mascotas y su nivel de motivación. Una vez que se obtiene esta información, con el aporte correspondiente por parte del cliente, deben elaborarse los planes de seguimiento para supervisar mejor el progreso del paciente.
El Dr. Osborne, diplomado del American College of Veterinary Internal Medicine, es profesor de medicina en el Departamento de Ciencias Clínicas de Pequeños Animales de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Minnesota.