La historia de Obie podría servir de inspiración para muchos. En 2012 el perro, de raza Dachshund pesaba 35 kilos, casi el triple de lo recomendado para su raza y fue entonces cuando lo rescató una veterinaria estadounidense.

Sus patas no se podían mover con libertad y casi siempre iban arrastradas, por lo que era casi imposible que el animal caminara, y siempre llevaba arnés con una tela protectora que evitaba que se lastimara la barriga, pues siempre era arrastrada contra el suelo.

En tan solo un año el perro logró perder 22 kilos y desde el segundo semestre de 2013 Obie tiene un saludable cuerpo de 11 kilos. Como consecuencia de la pérdida de peso, el canino debió ser sometido a una cirugía para cortarle la piel que le sobró luego de adelgazar.

Nora, la veterinaria que lo salvó, explicó que la obesidad del perro es fruto de una alimentación excesiva y falta de amor. Ella implementó una dieta rigurosa, un programa de ejercicios diarios, le consiguió dos ‘hermanos’ y se encargó de darle amor a Obie.

«Obie es un ejemplo extremo de obesidad. Más de 54 % de las mascotas en Estados Unidos están por encima de su peso. Algunos de los problemas relacionados con el sobrepeso de los perros y gatos son la osteoartritis, la diabetes tipo 2, presión alta, problemas respiratorios, fallas renales y expectativa de vida reducida», dijo Nora.

La mujer, graduada de Ciencias Animales en la Universidad Estatal de Colorado, agregó que la obesidad afecta negativamente todos los sistemas del cuerpo de los animales.

Desde que la historia se hizo pública, ella comparte a diario las rutinas de Obie en su página de Facebook que ya tiene más de 300 mil seguidores.

Fuente: Diarioadn.co