La anestesia general produce un aumento del intervalo entre los umbrales térmicos superior e inferior.
En pacientes anestesiados la respuesta termorreguladora compensatoria al frío se desencadena a los 34-35ºC y la respuesta al calor a los 38ºC.
Intervalo inter-umbral normal 0.2 ºC.
Intervalo inter-umbral en el animal anestesiado 4 ºC.
La mayoría de los pacientes sometidos a anestesia general, desarrollan hipotermia con un descenso de temperatura promedio de entre 1°C y 3ºC, dependiendo de:
tipo de anestesia y su duración,
magnitud de la exposición quirúrgica,
temperatura ambiente.
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Una aplicación práctica y útil del conocimiento de la fisiología del flujo de calor intercompartimental (central y periférico) establece que será más fácil mantener la normotermia durante el período intraoperatorio, cuando la mayoría de los pacientes están con un estado de vasodilatación, que tratar de recalentar al paciente en el postoperatorio, cuando virtualmente la totalidad de los pacientes hipotérmicos estarán con signos de vasocontricción.
Por lo tanto, el objetivo primario será hallar la manera de minimizar la pérdida de calor corporal y optimizar los métodos de calentamiento activo, contemplando las características del paciente y del procedimiento quirúrgico.
Consecuencias de la hipotermia perioperatoria:
• Bradiarritmia (refractaria a la atropina)
• Trastornos de coagulación.
• Hipoxemia tisular (aun en pacientes expuestos a oxigenoterapia).
• Infección de la herida quirúrgica.
• Alteración en la farmacocinética de las drogas anestésicas.
Monitoreo de la temperatura
En todos los procedimientos anestésicos, independientemente de la duración y tipo de anestesia, se debe controlar la temperatura central y periférica (si está disponible).
Para registrar la temperatura central (TC) los termómetros con sonda esofágica o rectal son de elección.
El monitoreo de la temperatura periférica (TP) puede realizarse colocando el sensor sobre la mucosa bucal, en la axila o en el espacio interdigital entre dos dedos.
Como el ∆T refleja la distribución del flujo sanguíneo, colocar la sonda de TP en un apéndice terminal, donde la vasoconstricción suele ser precoz, contribuye a acelerar las señales de alerta.
Sistemas de Calentamiento Pasivo
Estos sistemas de calentamiento no evitan la hipotermia, pero contribuyen a limitarla.
Temperatura ambiente
Es la variable que más influye para mantener la normotermia en el individuo.
Las pérdidas por radiación dependen de la diferencia de temperatura entre el paciente y el quirófano.
Es esencial que cada quirófano disponga de un termostato para mantener la temperatura ambiente 20-21°C.
En periodo de recuperación las jaulas térmicas e incubadoras son una excelente alternativa.
Aislamiento
Cubrir, cuando sea posible, las superficies expuestas.
Sumamente importante en felinos y neonatos (figura E A).
Cubrir las almohadillas palmares y plantares con algún material aislante.
Las cubiertas plásticas con burbujas de aire suelen ser ideales para cumplir este objetivo.
Circuito de anestesia cerrado o semicerrado con bajos flujos de gas fresco
Disminuye las pérdidas de calor por evaporación al recircular los gases que han sido calentados y humidificados en los pulmones.
En los que admiten la re-inhalación los gases inspirados se encuentran a una temperatura promedio de 25 °C y con una humedad relativa del 40%.
Los sistemas semiabiertos como el Bain y Jackson-Rees, favorecen una pérdida mucho mayor de temperatura que los circuitos circulares.
Sistemas de Calentamiento Activo
Los sistemas de calentamiento activo, son más eficaces para mantener la normotermia que el aislamiento pasivo.
Lámparas de infrarrojos
Son útiles en pacientes pequeños o pediátricos.
Calientan a los pacientes a distancia.
Importante: deben mantenerse como mínimo a 70 cm del paciente y hay que controlar la temperatura cutánea para evitar sobrecalentemiento (quemaduras).
Mantas eléctricas
El calentamiento de la superficie corporal es uno de los mejores métodos para prevenir la hipotermia intraoperatoria debido al eficaz sistema de transferencia del calor cutáneo al cuerpo.
Durante el periodo de recuperación, la manta debe utilizarse sobre el paciente para disminuir el riesgo de quemaduras.
Durante la cirugía es aconsejable conectar un censor de temperatura con alarma a la manta térmica.
Colchones de agua caliente
Reducen las pérdidas de calor por conducción a partir del agua caliente que circula por una tubuladura de plástico, bombeada desde un calentador con termostato.
Solo un pequeño porcentaje de la superficie corporal está en contacto con el colchón y son mucho más eficaces si se colocan sobre los pacientes cubriendo toda la superficie corporal fuera del campo quirúrgico, en vez de por debajo.
Se deben controlar, ya que en general funcionan a 38°- 40°C y existe la posibilidad de quemaduras en pacientes susceptibles.
Circulación de aire caliente
Permite que el calor sea dirigido directamente a la superficie cutánea aumentando la transferencia de calor por convección.
Consigue mantener la normotermia y es uno de los sistemas más eficaces para prevenir la hipotermia intraoperatoria.
El calentamiento de la superficie cutánea es más eficaz en pacientes vasodilatados. Por eso es más fácil mantener la normotermia intraoperatoria ya que la mayoría de los pacientes se encuentra vasodilatados durante la anestesia. En contraste, durante la recuperación post-anestésica, los pacientes ya hipodérmicos apelan a la vasoconstricción para mantener el calor corporal, dificultando la absorción de calor externo.
Calentamiento de fluidos intravenosos y de irrigación
Es un error ampliamente extendido pensar que es posible transferir calor a los pacientes mediante el calentamiento de los fluidos que se administran por vía IV.
El calentamiento de fluidos IV sólo evita la pérdida de calor, no sustituye al aislamiento ni al calentamiento cutáneo.
El calentamiento de fluidos IV empelado por si sólo, no evitará la hipotermia.
Calentamiento y humidificación de los gases anestésicos
Menos del 10% de la producción metabólica de calor se pierde por las vías respiratorias como consecuencia del calentamiento y humidificación de los gases inspirados.
Los humidificadores activos, mediante nebulización ultrasónica, se colocan en el circuito de anestesia y calientan y humidifican el gas inspirado, minimizando las pérdidas de calor.
Este sistema evita pérdidas de calor pero es insuficiente por si sólo para recalentar un paciente hipotérmico.