Estoy trabajando en el quirófano, interviniendo a una perra de 22 kilos, mestiza, de 8 años, una ovariohisterectomía por un cuadro de endometritis y quistes ováricos. Llevo 45 minutos de cirugía y no he acabado la ovariohisterectomía todavía porque la paciente está bastante obesa y tiene múltiples quistes ováricos y la intervención va más lenta de lo previsto.
A los 45 minutos tengo una complicación anestésica grave; la sensación es que hay una mala perfusión tisular, no se detecta pulso normal en arterias del abdomen y cuando miro mi monitor de ECG, me encuentro estos trazados sucesivos. Entre el primero de ellos y el último transcurren unos 15 minutos.
El reto no es ni quirúrgico ni anestésico, es electrocardiográfico: describe los tres ECG sucesivos de la paciente y sugiere el tratamiento más efectivo en esta situación.