COLANGIOCARCINOMA: REPORTE DE CASO CLÍNICO EN HEMBRA CANINA MESTIZA
- 18 de enero de 2019
- Tiempo de Lectura: 9 Minutos
Autores: María P. Llamosas A. (M.V), Mirko A. Castro (M.V. Dipl.), Francisco J. Sicha (M.V. Dipl.), Andrea V. Andrade (Bachiller M.V), Juan M. Lajara (M.V. Dipl. Esp.)
RESUMEN
En el presente documento se detalla el caso de un can hembra mestiza de 9 años aproximadamente el cual llega a consulta a la veterinaria Vetzarate por pérdida de condición corporal severa (1/5) y abdomen abultado, durante la ecografía abdominal se evidenciaron múltiples masas en la zona craneal del abdomen compatible con un hígado nodular neoplásico. La propietaria optó por la eutanasia. Se realizó necropsia, evidenciándose múltiples tumoraciones que protruían sobre el parénquima hepático, luego se procedió a tomar muestra para citología e histopatología dando como resultado Colangiocarcinoma Hepático. Esta neoplasia mayormente la conforman células de los canalículos intrahepáticos, los animales gerontes son los más afectados y, su prevalencia en animales de compañía es baja.
ABSTRACT
In the present article a clinical case is presented of a 9 year old mix breed female dog which came to VetZarate clinic for a episode of swollen abdomen and emaciation. Ultrasound findings showed multiple masses of unknown procedence. Owner decided to euthanize the patient and necropsy could be performed. Necropsy showed multiple masses originated from the liver parenchyma, then proceded to obtain a tissue sample for citology and histopathology the results showed a liver cholangiocarcinoma. This neoplasm is mostly made up of cells of the intrahepatic canaliculi, the elderly animals are those affected and, in animals domestic case, it does not occur frequentl.
INTRODUCCIÓN
Las neoplasias hepáticas primarias básicamente son dos: el carcinoma hepatocelular y el colangiocarcinoma hepático, siendo el carcinoma hepatocelular el más frecuente en presentación (Donald, 2002; Garner et al. 2004; Salas et al. 2010; Jubb, Keneddy et al. 2016), así mismo, muy raras veces se manifiesta una neoplasia que es la combinación de ambos y toma el nombre de hepatocolangiocarcinoma combinado (Atsuchi S.et al., 2001; Salas et al., 2010; Charry P., 2018). Los signos clínicos que presentan los animales con neoplasias hepáticas en general son: letargia, vómitos recurrentes, anorexia, emaciación, abdomen abultado (Garner et al, 2004; Andrea G., 2010; Gustavo G., 2010).
El colangiocarcinoma hepático es una neoplasia que se origina en los canalículos intrahepáticos extrahepáticos y de la vesícula biliar, surgiendo usualmente de los primeros (Nuria D. 2001; Ándrea G., 2010; Gustavo G., 2010). Macroscópicamente se observan como neoplasias firmes y elevadas que pueden presentarse de forma solitaria, de manera multifocal nodular o de como infiltraciones difusas (Nuria D. 2001; Andrea G., 2010; Gustavo G., 2010) que pueden abarcar todo el hígado inclusive la cápsula hepática (Andrea G., 2010), generalmente poseen una depresión central y la coloración varía desde el blanco hasta el amarillo o color cobre verdoso (Ándrea G., 2010; Gustavo G., 2010). Citológicamente se diferencian de los hepatocitos por estar agrupadas de forma compacta y presentar un citoplasma relativamente claro (Raskin et al., 2016) además se observan células cuboidales o columnares con citoplasma escaso pero granular, pleomorfismo, núcleo ovalado con nucléolos prominentes que se extienden a manera de acinos o paquetes tubulares y varias figuras mitóticas(Nuria D. 2001; Jubb, Kennedy et al., 2016; Raskin et al., 2016), a pesar de que es una neoplasia maligna no manifiesta criterios de malignidad muy marcados (Raskin et al., 2016).
Histopatológicamente, se observa el tejido epitelial hepático separado por tejido conectivo fibroso y en el cual pueden hallarse deposiciones de colágeno lo que es conocido como respuesta cirrótica, esto le proporciona firmeza a la neoplasia. La misma tiene un patrón invasivo alto por lo que es común las metástasis órganos como los linfonodos regionales y pulmones, así como también migran las células cancerígenas hacia la cavidad peritoneal. Cabe recordar que presenta una similitud muy estrecha con los adenocarcinomas metastásicos pancreáticos y mamarios por lo que se debe tener en cuenta las siguientes características que lo diferencian: abundantes figuras micóticas, presencia de mucina y evidencia de gran cantidad de tejido conectivo (Jubb, Kennedy et al., 2016).
El colangiocarcinoma es poco frecuente en todas las especies domésticas, se han reportado casos en ganado vacuno, ovejas, caballos, cabras, gatos y perros, en estos últimos la incidencia de la neoplasia es de 1.6 por cada 100000 perros y corresponde al 0.36% del total de neoplasias en estos canes (Meuten, 2002).
CASO CLÍNICO
Paciente canino hembra de 9 años se presentó a consulta por un cuadro de anorexia, decaimiento, disminución de peso y vómitos amarillentos con tiempo de progresión de una semana, al examen físico se observó abdomen abultado que a la palpación era compacto, mucosas ictéricas, la condición corporal era de 1.5 aprox. y temperatura de 37°C. Se le recomendó a la propietaria hemograma completo, bioquímica sanguínea y ecografía y estabilización del animal con terapia de fluidos; la señora en cuestión optó sólo por realizarle una ecografía para descartar alguna masa en abdomen y efectivamente se encontraron múltiples masas en toda la cavidad abdominal que dificultaban la visualización de los órganos abdominales. La propietaria decidió eutanasiar al animal pues no presentaba recursos para poderle realizar más pruebas por lo que se procedió a realizarle necropsia.
Al examinar el abdomen, in situ se observó una hepatomegalia tal que ocupaba casi toda la cavidad abdominal, al retirar el órgano macroscópicamente se observaron abundantes masas que sobresalían evidentemente del parénquima hepático (Fig. 1), además se observaron pequeñas masas aisladas en el bazo y lóbulo pulmonar caudal izquierdo.
En el estudio citológico (Fig 2) se observaron pequeños grupos celulares de tamaño mediano a grande de formas cúbicas y escaso citoplasma Algunos grupos presentan células vacuoladas y criterios de malignidad escasos como hipercelularidad, cromatina cordonada y relación núcleo/citoplasma alta. En el estudio histopatológico (Fig 3) se evidenció degeneración vacuolar de los hepatocitos y zonas de necrosis grasa, además se observaron zonas de una proliferación maligna de los conductos biliares que llegan a formar grandes áreas de tejido neoplásico tubular poco definido; las células del epitelio biliar se mostraron muy pleomórficas con núcleos irregulares de cromatinas corrugadas sin nucleolosis marcada; las sábanas de tejido neoplásico estuvieron divididas por un estroma colágeno de grosor moderado dividiendo así al tejido en lobulillos; los lobulillos más grandes presentaron centros necróticos con componente inflamatorio, dando como resultado el diagnóstico de colangiocarcinoma hepático.
El colangiocarcinoma hepático es una neoplasia pocas veces reportada en caninos y otras especies animales (Meuten, 2002). Según se manifiesta en la literatura esta neoplasia hace metástasis a pulmones, peritoneo, ganglios linfáticos regionales y demás órganos cercanos al hígado (Ándrea G, 2010; Gustavo G. 2010), en el paciente descrito en este caso se observaron masas pequeñas en el lóbulo pulmonar caudal izquierdo y en el bazo siendo coherente con lo mencionado en la literatura.
Lastimosamente no se pudieron realizar exámenes sanguíneos pero en la bibliografía se menciona que, si bien no se puede diagnosticar con certeza mediante hematología o pruebas bioquímicas una neoplasia hepática, los pacientes pueden manifestar ciertos valores como: anemia, leucocitosis, trombocitopenia (Ándrea G, 2010; José C; 2015), aumento de las transaminasas y fosfatasa alcalina, hipoproteinemia (hipoalbuminemia – hiperglobulinemia) e hiperbilirrubinemia (Ándrea G, 2010; Gustavo G. 2010; José C, 2015) infiriéndose que la paciente en cuestión pudo haber presentado estos hallazgos sanguíneos.
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Algunos casos han sido reportados anteriormente y se asemejan con el presente; en el 2014 Gennyffer M. y colaboradores realizaron diversas pruebas (hematológicas, bioquímicas, de imágenes, citológicas e histopatológicas) a una canino hembra de raza springer de 11 años de edad que llegó a consulta por secreción purulenta vaginal y aumento evidente del abdomen, tras realizarle las pruebas mencionadas se diagnosticó colangiocarcinoma hepático y también se decidió eutanasiar al animal. Así mismo, O. Aslan et al. en el año 2014 se reportó un caso de una gata Siamés la cual ingresó a consulta por disminución de peso, inapetencia y vómitos, después de una serie de análisis se detectaron neoplasias en el hígado, pulmones y otras zonas abdominales, el propietario también decidió por la eutanasia, realizaron necropsia e histopatología encontrando como resultado colangiocarcinoma hepático, cabe resaltar que en este reporte se utilizaron distintos marcadores inmunohistoquímicos y así hallar la clase de receptores de los tejidos afectados. Es importante seguir reportando estos casos, pues como ya se mencionó no es común esta neoplasia en la clínica diaria.
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