Compartir la vida con un animal es beneficioso para la salud
- 3 de noviembre de 2009
- Tiempo de Lectura: 5 Minutos
Estudios señalan que tener una mascota en casa reduce la tensión arterial, el colesterol, el estrés y mejora las relaciones sociales.
Existen muchas opciones terapéuticas con animales tales como la Hipoterapia, delfinoterapia, terapias asistidas con perros, con animales pequeños o de granja. Estas actividades cada vez son más populares en el marco de la integración, la rehabilitación y la socialización.
En España, varias organizaciones prestan estos servicios, como la Fundación Caballo Amigo, sita en la localidad madrileña de Villafranca del Castillo. Allí acuden cada semana cerca de 60 personas con distintas afecciones a recibir sesiones de equinoterapia, una alternativa terapéutica que, a través del movimiento del caballo, trata diferentes problemas físicos y mentales.
A lomos de un caballo
Cada lunes por la mañana, José se sube a lomos de América, una yegua que su terapeuta, Olivia del Rosario, ha elegido especialmente para él «porque le mueve mucho y le transmite mucho movimiento».
José, que hace 22 años fue diagnosticado de esclerosis múltiple, empieza este mes su segundo año en la Fundación Caballo Amigo, a donde acudió para mejorar el equilibrio y potenciar la musculatura.
José, de 45 años, es uno de los beneficiarios de esta fundación. Mi doctora en la Asociación Española de Esclerosis Múltiple me dijo que la hipoterapia estaba indicada en mi caso y me decidí a venir». Las sesiones comienzan con un calentamiento seguido de ejercicios específicos y terminan con un pequeño paseo.
Acariciar a nuestro perro durante 15 ó 30 minutos reduce un 10% la tensión arterial
Los beneficios no tardaron en manifestarse en su caso. «El primer día no aguanté más de 15 minutos encima del caballo. Estaba muy cansado. Pero después de las segunda terapia, al montarme en el coche, ya sentí que el asiento estaba demasiado tumbado porque tenía la espalda un poco más recta».
Otros animales
«La gran ventaja de trabajar con animales es la motivación que generan», explica Naza Hernández, terapeuta ocupacional y presidenta de la Asociación Acavall, que ofrece terapias con caballos y perros en Valencia.
Los expertos en la materia distinguen dos tipos de intervenciones asistidas con animales. «Las actividades, que son lúdicas y pueden tener un fruto terapéutico pero no están planificadas; y las intervenciones, que requieren una preparación, fijar objetivos, un equipo de expertos y siempre están dirigidas por un terapeuta», señala Francesc Ristol, director del Centre de Teràpies Assistides amb Cans de Sitges (Barcelona). Su organización trabaja con perros, el otro animal de terapia por excelencia además del caballo.
Cada tipo de animal es útil para distintas cosas pero todos los expertos consultados por elmundo.es advierten de lo mismo: los animales no curan enfermedades. «Los usamos para estimular a la persona, para captar su atención durante la sesión y así poder trabajar mejor», explica Ristol.
Mascotas terapéuticas
A pesar de que casi no hay investigaciones acerca de los beneficios de los animales sobre la salud de las personas, parece que «existen muy pocas dudas sobre su existencia», subrayan desde la Asociación Madrileña de Veterinarios de Animales de Compañía (AMVAC).
“Son indudables las ventajas de tener un animal de compañía, siempre y cuando a uno le gusten”
Pequeños estudios han puesto de manifiesto las bondades de compartir la vida con una mascota. Uno de ellos, realizado por la Universidad de Missouri-Columbia (Estados Unidos), demostró que tras acariciar a sus perros durante 15 ó 30 minutos, la tensión arterial de los dueños descendía alrededor de un 10%.
Además, se han observado cambios hormonales, como el descenso del cortisol (la hormona del estrés), el aumento de la secreción de serotonina, un neurotransmisor relacionado con la depresión, o la reducción de los niveles de colesterol y triglicéridos.
«El contacto con los animales disminuye la sensación de soledad, hacen compañía, su presencia provoca que estemos menos tristes, más seguros y protegidos. Nos sentimos bien contemplando a nuestro perro o gato, acariciándole y hablando con él. Se crea un sentimiento de saberse necesitado y querido, proporciona la satisfacción de ser útil; desarrolla la confianza en uno mismo y enseña a asumir responsabilidades al tener a un animal a nuestro cargo», señalan desde esta asociación madrileña.
El contacto con los animales disminuye la sensación de soledad, su presencia provoca que estemos menos tristes, más seguros y protegidos. Se crea un sentimiento de saberse necesitado y querido, proporciona la satisfacción de ser útil; desarrolla la confianza en uno mismo.
El vínculo que se establece entre dueño y mascota puede llegar a ser tan fuerte que influya en la mejoría tras una enfermedad, en la esperanza de vida y las posibilidades de recuperación. Según un pequeño trabajo realizado en 1995 en el Hospital de la Universidad de Maryland (EEUU), entre los supervivientes de un infarto de miocardio, aquellos que poseían un perro tenían ocho veces más opciones de seguir vivos un año después del episodio que los que no eran dueños de un animal de compañía.
«En definitiva, son indudables las ventajas de tener un animal de compañía», aseveran desde esta asociación madrileña. Siempre y cuando, claro está, a uno le gusten.