¿Cómo insertar un tubo de esofagostomía?
- 11 de septiembre de 2014
- Tiempo de Lectura: 3 Minutos
Breve manual elaborado por el Dr. Sergi Serrano, en donde explica de manera muy práctica y sencilla algo tan trivial pero a la vez importante: cómo insertar un tubo de esofagostomía.
1. Para un posicionamiento correcto, la punta de un tubo de esofagostomía debe situarse a un nivel no más causal del 9º espacio intercostal. Para conseguirlo, se debe medir y marcar el tubo.
2. Es aconsejable hacer más orificios para facilitar el uso y evitar obstrucciones. Es Mejor cortar la punta, que puede resultar en bordes afilados, se deben hacer orificios en los laterales usando una hoja de bisturí.
3. El paciente debe estar anestesiado, e idealmente se debería intubar. Una vez situado en decúbito lateral derecho, el lado izquierdo del cuello se depila y se limpia de forma quirúrgica.
4. Un paño quirúrgico se utiliza para cubrir al paciente, y un carmalt curvo Rochester se introduce por la boca y en el esófago hasta la region media cervical, identificando y evitando la vena yugular externa en ese lado.
5. A continuación, se presiona dorsalmente (hacia afuera) con la punta del carmalt, lo que desplaza el esófago contra la piel.
6. La punta del carmalt se palpa sobre la piel para confirmar su colocación, y se lleva a cabo una incisión muy pequeña a través de la piel y, hasta el esófago. La mucosa del esófago, aunque pueda no parecerlo a priori, es más difícil de incidir que la piel.
7. La punta del carmalt se empuja con fuerza a través de la incisión, que puede agrandarse cuanto sea necesario con la hoja de bisturí.
8. El carmalt se abre, y se coloca la punta del tubo en la boca del instrumento.
9. Se cierra el carmalt de modo que atrapa el tubo, y se estira desde la cavidad oral haciendo salir el tubo por la boca.
10. Liberar el tubo del carmalt, y doblar la punta del tubo de esofagostomía para introducirlo de nuevo en la boca y el esófago. A medida que el tubo doblado se introduce en el esófago empujando desde la boca, se debe estirar simultáneamente de la parte proximal del tubo, como si se fuera a extraer.
11. Como resultado, se produce un “giro” al redirigir el tubo en el esógafo. A partir de ese momento, el tubo debería deslizarse unos milímetros adelante y atrás con facilidad, confirmando que el tubo está recto y no tiene pliegues. Sin duda, conseguir hacer que el tubo se enderece en la faringe es el paso más difícil de todo el proceso.
12. Inspeccionar visualmente la orofaringe para confirmar que el tubo no está presente allí y se encuentra totalmente en el esófago.
13. Antes de proceder a suturar el tubo, la incisión debe ilimpiarse con antiséptico de nuevo.
14. Se coloca una sutura en bolsa de tabaco, seguida de una de “sandalia romana” (o trampa china), para fijar completamente el tubo y evitar que se mueva.
15. Obtener una radiografía torácica para comprobar que la inserción ha sido correcta – el tubo en el esófago distal, no en el estómago.
16. Una vez confirmada la colocación correcta, se aplica un antiséptico o antibiótico tópico, y se cubre con un vendaje sencillo.