Estás en tu consulta vacunando a un cachorro de cocker spaniel y explicándole lo que debe y no debe comer… de repente, entra tu peluquera con expresión de pánico y te dice que necesita tu ayuda INMEDIATAMENTE en la peluquería con un perro.
Dejas a tus clientes con su cocker a la espera y acudes a la peluquería donde te encuentras a un chihuahua (o chihuahueño, como prefieras) desplomado sobre la mesa de trabajo, inerte y con lo que parece una parada cardio-respiratoria.
¡Buena forma de empezar el día!
¿Qué haces?
A) Como siempre llevo mi estetoscopio en el cuello mientras paso consulta, compruebo que no tiene pulso, latido cardiaco ni respiración y certifico su muerte. Empiezo a pensar en qué decir y cómo explicar la situación a los propietarios.
B) Necesito adrenalina; la inyectaré intracardiaca en ausencia de una vía venosa accesible inmediatamente y buscaré mi equipo de ECG para comprobar si ha sido efectiva o necesito repetirla. Voy a buscarla al quirófano, le grito a mi auxiliar que traiga el equipo de ECG y dejo a la peluquera vigilando al perro.
C) Compruebo que está inconsciente, que no respira, que no tiene latido cardiaco. Grito a mis ayudantes/colegas (depende de lo que tengas en la clínica disponible en ese momento) que necesito ayuda y traslado al perro al quirófano donde tengo todos mis medios de trabajo accesibles. Empiezo un masaje cardiaco y en cuanto tengo ayuda pongo un tubo endotraqueal y ventilo con mi Ambu.
D) Necesito tener una vía venosa accesible, mientras coloco un compresor y corto el pelo de la extremidad, le pido a la peluquera que traiga catéter y cinta adhesiva y que prepare inmediatamente una botella de ringer-lactato, además, pido que traigan el generador de oxígeno (o la botella/tanque de oxígeno, lo que tengas en la clínica) y una mascarilla pequeña.