Resonancia Magnética y Tomografía Computarizada para el estudio de la anatomía animal
- 23 de agosto de 2010
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Científicos daneses han utilizado la Tomografía Computarizada (TC) y la Resonancia Magnética (RM) para investigar los órganos internos de los animales, entre los que se encuentran caimanes, serpientes y tarántulas.
Las imágenes revelaron, por primera vez de manera no invasiva, cómo una serpiente adapta sus órganos internos antes de una gran comida y durante la digestión, hasta que el alimento haya desaparecido por completo.
Los científicos piensan que las imágenes de la TC y de la RM de la anatomía de un animal podrían ser complementos valiosos de los esquemas tradicionales de los textos, disminuyendo la necesidad de investigaciones invasivas y disecciones.
La nueva investigación, presentada el miércoles 30 de junio de 2010 en la Reunión Anual de la Sociedad para la Biología Experimental en Praga, mostró por primera vez todo el ciclo de digestión de una pitón birmana con las modernas técnicas de resonancia magnética y tomografía computarizada.
“Las pitones son reconocidas por su capacidad de ayunar durante muchos meses e ingerir comidas muy grandes”, explicó Kasper Hansen, de la Universidad de Aarhus en Dinamarca. Las modernas técnicas de exploración han demostrado cómo las adaptaciones extremas de los órganos internos permiten que la serpiente se acomode a este estilo de vida de “escasez y abundancia”.
Se obtuvo la imagen digital de las pitones birmanas (Python molurus) antes de la ingestión de una rata y después de 2, 16, 24, 40, 48, 72 y 132 horas de la misma. La sucesión de imágenes reveló una progresiva desaparición del cuerpo de la rata, acompañada de una expansión global del intestino, la reducción de la vesícula biliar, y un aumento del 25% en el volumen del corazón.
Los científicos creen que la técnica puede ser útil para demostrar la capacidad de adaptación anatómica extrema de los órganos, conocida como flexibilidad fenotípica, en otras especies.
El equipo utilizó una combinación de Tomografía Computarizada, que se adapta a los tejidos duros (huesos, dientes, caparazones, etc.) y Resonancia Magnética, más adecuada para los tejidos blandos, con el objetivo de visualizar las estructuras internas de los órganos y el sistema vascular.
“Debido a los cambios inducidos por la disección, en ocasiones las ilustraciones ordinarias tienden a ser un poco subjetivas y engañosas”, explicó Kasper Hansen. “Por ejemplo, después de abrir el hueso denso de un caparazón de tortuga, los pulmones colapsarán debido a un cambio en la presión intertoráxica”.
“En cambio, hemos sido capaces de producir modelos digitales de alta resolución en 3D de la anatomía de los tejidos blandos y duros de los animales en cuestión de horas”, explicó Henrik Lauridsen, un estudiante en el equipo de investigación.
Según los científicos, las imágenes producidas por las técnicas podrían ser una herramienta valiosa para los futuros estudios de la anatomía animal.
Al elegir la correcta configuración de contraste y de intensidad de luz durante el proceso de exploración, los científicos fueron capaces de resaltar determinados órganos y los hicieron aparecer en diferentes colores.
A algunas especies como tortugas, anguilas y dragones barbudos también se les inyectó agentes de contraste, lo que permitió que los científicos investiguen su vasculatura (vasos sanguíneos).
Fuente: Roz Pidcock. Sociedad para la Biología Experimental