Los gatos domésticos, los linces rojos y los pumas que viven en la misma zona tienen las mismas enfermedades
- 5 de marzo de 2012
- Tiempo de Lectura: 6 Minutos
Los gatos domésticos, los linces rojos y los pumas que viven en la misma zona comparten también las mismas enfermedades. Y los gatos domésticos pueden llevarlas a los hogares de las personas, según los resultados de un estudio de lo que sucede cuando los felinos grandes y pequeños se cruzan.
Los resultados iniciales del estudio fueron publicados recientemente en la revista científica PLoS ONE por un grupo de 14 autores.
La unión de la National Science Foundation (NSF) y los National Institutes of Health (NIH) gracias a su programa Ecology and Evolution of Infectious Diseases (EEID) financió el estudio. bCientíficos de la Universidad Estatal de Colorado y otras instituciones realizaron la investigación.
El estudio proporciona evidencia de que los gatos domésticos y los felinos salvajes que comparten las mismas zonas en ambientes urbanos también pueden compartir enfermedades como bartonelosis y toxoplasmosis. Ambas enfermedades pueden transmitirse de los felinos a las personas.
«La interacciones entre las personas y la fauna silvestre seguirán aumentando a medida que las poblaciones humanas se expandan,» dijo Sam Scheiner, director del programa EEID de la NSF.
«Este estudio demuestra que estas interacciones pueden ser indirectas y frecuentes», dijo Scheiner. «A través de nuestras mascotas, estamos compartiendo enfermedades, que pueden afectar nuestra salud, la salud de nuestras mascotas y la salud de la fauna».
El estudio se centró en las áreas urbanas de California y Colorado. Sus resultados muestran que las enfermedades pueden propagarse a través del contacto con el hábitat compartido.
Las tres enfermedades que los científicos investigaron – toxoplasmosis, bartonelosis y VIF, o virus de la inmunodeficiencia felina – estuvieron presentes en cada área.
La investigación también demuestra que las enfermedades pueden agruparse debido al desarrollo urbano y las principales autopistas que restringen el movimiento de los animales.
«Los resultados son relevantes para el panorama general de los gatos domésticos y sus propietarios que viven en las zonas urbanas frecuentadas por felinos salvajes, tales como linces rojos y pumas», dijo Sue VandeWoude, una veterinaria de la Universidad Estatal de Colorado y co-lideresa del proyecto.
«La enseñanza de esta historia es que las enfermedades pueden transmitirse entre los gatos domésticos y los animales salvajes en las áreas que comparten; por lo tanto, es importante que los dueños de las mascotas tengan en cuenta esto».
Los investigadores estudiaron a felinos domésticos y salvajes en varias regiones de Colorado y California para determinar si habían estado expuestos a ciertas enfermedades.
El esfuerzo incluye datos de 800 muestras de sangre de felinos de todos los tamaños, incluidos 260 linces rojos y 200 pumas, que fueron capturados y liberados, y de 275 gatos domésticos.
«A medida que el desarrollo humano avance hasta el hábitat natural, las especies salvajes que allí habitan pueden ser susceptibles a las enfermedades que nosotros, o nuestros animales domésticos, llevamos y propagamos», indicó Kevin Crooks, un biólogo de la Universidad Estatal de Colorado, y co-líder del proyecto.
«Al mismo tiempo, la fauna silvestre puede albergar enfermedades que los seres humanos y nuestras mascotas a su vez podemos contraer. Las enfermedades pueden ser transmitidas a medida que las antiguas zonas naturales se desarrollen.»
El proyecto también analizó si los linces rojos del sur de California estaban separados en diferentes poblaciones debido a la presencia de carreteras.
Mediante el análisis de los datos genéticos y de los patógenos, los científicos encontraron que los linces rojos que habitan en el oeste o este de la Interestatal 5 cerca de Los Angeles rara vez cruzan, pero que los linces rojos sí cruzan al territorio de los otros con la suficiente frecuencia como para compartir enfermedades como el VIF.
«La evidencia sugiere que los linces rojos se trasladan a través de las principales vías, pero no son capaces de establecer fácilmente nuevos territorios para vivir», dijo VandeWoude.
«Ellos pueden; sin embargo, propagar enfermedades cuando cruzan al territorio de los otros. Esto podría resultar en la consanguinidad de los linces rojos atrapados por el desarrollo urbano y terminan en la propagación de enfermedades».
VandeWoude y Crooks manifiestan que los resultados no necesariamente significan que todos los gatos domésticos que pueden transitar al aire libre tienen un alto nivel de riesgo. Ellos planean realizar estudios adicionales para evaluar mejor este riesgo.
Esto significa que los gatos domésticos y los felinos salvajes que comparten el mismo ambiente, incluso si no entran en contacto unos con otros – también pueden compartir enfermedades.
Los resultados muestran que los pumas son más propensos a ser infectados con VIF que los linces rojos o los gatos domésticos. Aunque el VIF no puede transmitirse a la gente, es muy contagiosa entre los felinos.
La tasa de toxoplasmosis fue alta en los pumas y los linces rojos de Colorado y California.
La toxoplasmosis es causada por un parásito que cuando es portado por personas sanas no tiene ningún efecto, pero que puede causar complicaciones en niños y adultos con sistemas inmunológicos comprometidos.
Los gatos únicamente propagan toxoplasmosis a través de sus heces durante varias semanas después de la infección con el parásito. Al igual que los seres humanos, los gatos rara vez presentan síntomas cuando se infectan por primera vez.
La bartonelosis es una infección bacteriana también llamada enfermedad por arañazo de gato. Si alguien es arañado por un gato con bartonelosis, el arañazo se puede infectar, pero la infección es generalmente leve.
Otros estudios en curso incluyen un análisis a escala fina de las características del paisaje urbano que afectan la incidencia de enfermedades, una evaluación de la exposición a agentes patógenos y transmisión en los linces rojos, y una encuesta a los dueños de gatos domésticos acerca de sus actitudes frente a los riesgos que tiene la fauna silvestre en las mascotas.
Además, existen proyectos de gran envergadura que están investigando los patrones de movimiento de los linces rojos y los pumas en Colorado, y un análisis de cámara activada por movimiento de las interacciones entre los seres humanos y la fauna silvestre a lo largo de las zonas urbanas.
El mensaje para llevar a casa, según los investigadores, es que la vida en la naturaleza puede no ser tan salvaje después de todo.